EL ECOSISTEMA
Un ecosistema es un sistema natural que está formado por
un conjunto de organismos vivos (biocenosis) y el medio físico en el que se
relacionan (biotopo). Las características de cada ecosistema condicionan el
tipo de vida que se desarrolla en cada entorno. Es decir, un ecosistema es
el conjunto formado por los seres vivos y los
elementos no vivos del ambiente y la relación vital que se establece entre
ellos.
Este concepto
procede del inglés ecosystem y fue creado por el
botánico Roy Clapham en inglés en la década de 1930. Se forma con el término
griego oikos ('casa') entendido en este
contexto como 'entorno' o lugar en el que se desarrolla la vida.
La ciencia
encargada de estudiar los ecosistemas y estas relaciones es la llamada ecología.
Los ecosistemas
pueden ser de dos tipos: terrestres (bosques,
selvas, sabanas, desiertos, polos, etc.) y acuáticos
(comprenden desde un charco hasta los océanos, mares, lagos, lagunas,
manglares, arrecifes coralinos, etc.).
La
mayoría de los ecosistemas de nuestro planeta son acuáticos ya que sus tres cuartas partes están cubiertas
por agua. Sin embargo, los ecosistemas terrestres son
los más conocidos por nosotros debido a que no requiere un equipo
especial para su observación.
Todo ecosistema
se caracteriza por la presencia de componentes vivos o
bióticos (plantas, animales, bacterias, algas y hongos) y de componentes no vivos o abióticos (luz, sombra,
temperatura, agua, humedad, aire, suelo, presión, viento y pH).
Las especies se
dispersan en las aéreas por las que se extienden en poblaciones
o demos, las cuales ocupan determinadas posiciones en los ecosistemas,
según requerimientos alimentarios, ambiente que precisen, etc., posiciones que
definen su nicho ecológico específico. Para referirse a las
características ambientales de un tipo de organismo dado, se suele hablar de hábitat.
Los ecosistemas
se caracterizan por mantener un intercambio constante
de materia y energía que va pasando de un ser viviente a otro, a través
de las llamadas cadenas alimentarias. Las
plantas (organismos productores) captan la energía solar y sintetizan materia
orgánica (alimentos), tanto para ellas como para los organismos consumidores
(animales) que la aprovechan, los cuales además pueden luego alimentarse unos
de otros.
Al morir estos
organismos actúan los descomponedores (bacterias y hongos) y los transforman en
nutrientes por el suelo, los cuales serán aprovechados por las plantas,
iniciándose así un nuevo ciclo.
Cabe resaltar,
que actualmente los ecosistemas se enfrentan a una
dificultad sin precedentes: la Humanidad. La acción incontrolada del ser
humano sobre los ecosistemas como la destrucción y fragmentación de hábitats (incendios,
tala indiscriminada, la caza y pesca sin control), el cambio climático, la
contaminación del suelo y del agua
afecta su estado de “equilibrio
natural”, y el normal desarrollo y crecimiento de sus organismos en una
población.
Por ello, se
han creado los decretos y leyes para la protección del ambiente. La humanidad debe reconocer que atacar el medio ambiente
pone en peligro la supervivencia de su propia especie.
Fuente: Internet.
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